Proyecto Vocacional: ¡Tengo Sed...!
 Apostolado de la oración - Modos de orar
 Rosario
 Madre Teresa y Medalla Milagrosa
 Eucaristía
 Vocaciones - Misiones
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Unidad de los Cristianos
 Encíclicas
 Grupos de Oración
 Enfermos - Mensaje del Papa Benedicto XVI
 Libros y revistas
 Testimonio de una enferma - Soledad López de Ayala Becerril
 
   
  Contador de visitas: 1090022  
Rosario de la Misericordia Divina Imprimir
 
"Por medio de este Rosario obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con mi Voluntad" (VI, 93). "Quien lo rece, alcanzará gran Misericordia en la hora de su muerte" (II, 129). "Cuando se rece este Rosario al lado del moribundo, me pondré entre el Padre y el alma agonizante, no como justo Juez, sino como Redentor Misericordioso" (V,124)
C) ROSARIO DE LA MISERICORDIA

El Señor le dedicó 14 revelaciones: “Por medio de este Rosario obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con mi Voluntad” (VI, 93).

“Quien lo rece alcanzará gran Misericordia en la hora de su muerte. Hasta el pecador más empedernido, si reza este Rosario,
aunque sea una sola vez, recibirá la gracia de mi infinita Misericordia” (II, 129).

“Cuando los pecadores empedernidos recen este Rosario, llenaré sus almas de paz, y será feliz la hora de su muerte” (V, 124).

“Cuando se rece este Rosario al lado de un moribundo, me pondré entre el Padre y el alma agonizante, no como justo Juez, sino como Redentor Misericordioso” (V, 124).

“LOS SACERDOTES recomendarán este Rosario a los pecadores, como última esperanza de Salvación” (II, 129).

COMO REZAR EL ROSARIO A LA DIVINA MISERICORDIA

Comienza con un PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y CREDO, y luego con un rosario, reza 5 decenas. Cada decena comiénzala diciendo:

“PADRE ETERNO, YO TE OFREZCO EL CUERPO Y LA SANGRE, EL ALMA Y LA DIVINIDAD DE TU AMADÍSIMO HIJO, NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, COMO PROPICIACIÓN POR NUESTROS PECADOS Y LOS DEL MUNDO ENTERO”.

Sigue e implora al Padre Eterno 10 veces, en cada decena:

POR SU DOLOROSA PASIÓN, TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS Y DEL MUNDO ENTERO”.

Y al final, repite tres veces:

SANTO DIOS, SANTO FUERTE, SANTO INMORTAL, TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS Y DEL MUNDO ENTERO” (I, 197).

© 1993-2009 José Luís Elizalde