Proyecto Vocacional: ¡Tengo Sed...!
 Apostolado de la oración - Modos de orar
 Rosario
 Madre Teresa y Medalla Milagrosa
 Eucaristía
 Vocaciones - Misiones
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Unidad de los Cristianos
 Encíclicas
 Grupos de Oración
 Enfermos - Mensaje del Papa Benedicto XVI
 Libros y revistas
 Testimonio de una enferma - Soledad López de Ayala Becerril
 
   
  Contador de visitas: 1090017  
Fiesta Misericordia Imprimir
 
"Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia, el domingo siguiente al de la Pascua de Resurrección". (I, 18). "Deseo que esta Fiestas sea un refugio para todas las almas, pero sobre todo para los pobres pecadores. El alma que acuda a la Confesión y reciba la Sagrada Comunión, obtendrá el perdón total de sus culpas y del castigo" (II, 138).
  
B) FIESTA DE LA MISERICORDIA DIVINA

“Para que todas las almas conozcan la Fiesta de la Misericordia, que será el primer domingo después de la Pascua de Resurrección, quiero que se bendiga solemnemente el Cuadro, y se venere públicamente” (I, 142). (Fiesta decretada por Juan Pablo II el 5 de Mayo del Año Santo 2000).

"Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia que tengo a las almas pecadoras. Que el pecador no tenga miedo de acercarse a Mí. Me queman las llamas de la misericordia, deseo derramarlas sobre las almas humanas. Jesús se quejó conmigo con estas palabras: La desconfianza de las almas desgarra Mis entrañas. Aún más me duele la desconfianza de las almas elegidas; a pesar de Mi amor inagotable no confían en Mí. Ni siquiera Mi muerte ha sido suficiente para ellas. ¡Ay de las almas que abusen de ella! (I, 50)

“Ese día los Sacerdotes deberán predicar a las almas de mi infinita Misericordia” (II, 40).

"Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia". (I 49)

“Deseo que esta Fiesta sea un refugio para todas las almas, pero sobre todo para los pecadores”. “En ese día están abiertas todas fuentes de mi Misericordia”
(I, 138).

“El alma que acuda a la Confesión y reciba la Sagrada Comunión, obtendrá el perdón total de sus culpas y del castigo” (II, 138).

“Cada Sagrada Comunión nos hace más capaces para la comunión eterna con Dios” (1ª Comunión, 5).

© 1993-2009 José Luís Elizalde